jueves, 30 de agosto de 2007
Administración de empresas
miércoles, 22 de agosto de 2007
La soledad es mejor
Anoche Euge me mandó un mensaje de texto, diciendo que quería verme hoy en una plaza.
–Pobre –pensé-- me debe estar extrañando como loca. Pero no.
Euge: mirá, ni idea qué onda vos, o sea, NI IDEA. O sea, un día te pregunté cómo llegaba al Banco Nación, y la noche siguiente estabas tirando piedras en mi casa. O sea, al principio decidí ignorar que me hayas perseguido para ver donde vivía, hice de cuenta que sos muy impulsivo o algo, pero el corazón de cabra fue com...
Fran: qué cabra? De vaca era.
Euge: lo que sea, no creo que fuera neces..
Fran: no, disculpá vos, pero era obvio, si era un corazón grandote.
Euge: no es punt...
Fran: hasta había una vaca dibujada en la nota
Euge: BASTA! No quiero más corazones, ni de vaca, ni de nada. Eso quería decirte, que la cortes porque bla bla bla
Ni idea que dijo a partir de entonces, porque vi a una chica sentada al borde del arenero, armando despacito un castillo de arena ¡Y tenía más o menos mi edad! Sí o sí era mi alma gemela. Sí o sí.
Fran: esa chica con la que viniste...
Euge: qué tiene? Es mi prima... quería que haya testigos. O sea, no es que piense que fueras a ponerte violento o que fueras un asesino... sino que pensaba que capaz me pegabas o me matabas.
Fran: ¿cómo se llama?
Euge: Sole, ¡pero ni se te ocurra acercartele porque te juro que ..
Fran: shhh! Callate que no la contás. Rajá.
Je, es que quería quedarme solo con Sole, que no se dió cuenta que su prima había salido corriendo y gritando “AYUDAMEQUIEREMATAAAAAAAR”. Estaba completamente concentrada en cada puñado de arena que juntaba, en un mundo aparte.
Me acerqué caminando y cuando estuve lo suficientemente cerca, la llamé. Se dió vuelta, sorprendida, y me miró. La miré. Nos miramos un rato.
Sin decir una palabra más, me senté al lado de ella, estiré la mano y le rompí todo el castillo de arena, para después salir corriendo. Quería ocultar que estoy enamorado de ella.
No paré de correr hasta llegar a mi casa, jadeando. A lo lejos, se escuchaban sirenas de la policía.
lunes, 20 de agosto de 2007
Casa nueva!
Después de evaluar los pros y los contras de vivir en la calle o alquilar un departamento, opté por un callejón. Es que un escritor de horóscopos desempleado tiene menos efectivo del que podrían imaginarse.
Pero una cosa llevó a otra, y mamá me alquiló un departamento. Antes de que pudiera darme cuenta estaba colgando unos cuadritos y diciéndome que no me preocupe, que pagaba ella. Son cuadritos parecidos a los que hay en el living de la casa donde vivía antes, no sé de dónde los saca.
Viene todas las tardes y habla conmigo mientras dibujo y hago trabajos prácticos para la "facultad". A veces me da consejos. Da buenos consejos. Me va gustando esto de dibujar. Hoy hice este gordo para unas ilustraciones de EEUU que me pidió un profesor como tarea.
sábado, 4 de agosto de 2007
El que quiere celeste
Pero ayer se armó
Papá: cortala con la lambadaEs que de verdad no sabía, porque yo estaba bailando merengue. Y era obvio, si tenía puesto un sombrero de frutas ¿quién baila lambada con un sombrero de frutas?.
Yo: no sé a quién le hablás...
Papá: cortala con la lambada, José
Yo: no sé a quién le hablás...
Papá: bueno, Francisco, cortala con la lamabda, Francisco
Yo: no sé a quién le hablás...
Papá: ¿qué hacés con ese sombrero de frutas en la cabeza?Y ahí saltó a atacarme con todo. Que soy un desubicado, que no soy el mismo de antes, que cómo voy a dejar contaduría para escribir el horóscopo, que cómo voy a estar bailando solo y vestido de Carmen Miranda, que todo esto es una locura, etc etc. Y a mi lo único que me parecía una locura es que las frutas del sombrero fueran reales, ¿cómo puede ser que hagan sombreros perecederos?
Yo: bailo
Mamá: Fraciscoooooooo! sacate el postre de la cabeza!Eso lo explica.
Igual no me gustó nada todo ese discurso anti-Francisco de papá, me hizo sentir miserable su rechazo. Y ante la angustía incontenible que se transformaba en lágrimas, salí corriendo de mi casa levantándome unos pocos centímetros el vestido para no pisarlo con mis tacos.
Bueno, no tenía vestido, pero alguien que corre llorando y agarrándose el vestido le suma dramatismo a una huida. Lo que sí tenía eran esos patines mientras huía en patineta (mala idea, a juzgar por múltiples moretones en mi cuerpo).
Y eso fue básicamente toda la discusión, me dijo cosas horribles, no las aguanté y me escapé para no tener que aguantar eso nunca más.
Ahora me despido, hasta el próximo post!
PD: les estoy escribiendo acá gracias a la gentileza de un vecino del hostal donde me alojo provisoriamente, hasta encontrar casa nueva. "linksys_default", quienquiera que seas, gracias por el wifi!
jueves, 12 de julio de 2007
El regalo
Éxito arrasador
La pasé a buscar a las 9 en punto.
Euge: Te dije a las 10!
Yo: Es que a esa hora me acuesto, sino mamá me reta.
Dio un portazo y me dejo ahí, paradote ¡Cómo le gusta a las mujeres hacernos esperar! Pero ahí permanecí, al pie del cañón, impertérrito.
Euge: ya te dije que no pienso salir con vos. ¡Y cortala con eso de tirar piedras a mi ventana!
Yo: ya las dejé de tirar cuando se rompió el vidrio.
Euge: hubieras parado cuando se quebró, o cuando se rompió el la ventana de mis viejos.
Yo: no seas mala onda! Dale, la vamos a pasar bomba. Subite que te llevo.
Euge: no voy a subirme a esa patineta... además no entramos los dos.
Puede que tuviera razón, pero no creo. Es decir, si dejaba de tirar piedras cuando rompí el primer vidrio, probablemente no hubiera salido a hablar de nuevo conmigo. Ah, y con lo de la patineta tampoco, si en hora pico entra toda gente en el colectivo, una patineta para dos sobra.
Yo: es un monopatín.
Euge: no! es una patineta.
En eso sí tenía razón, según wikipedia al menos.
Así que bueno, volví a mi casa en taxi, porque descubrí que andar solo en patineta es un embole.
Como les había dicho, fue un éxito arrasador. Lo único que me falta sería mandarle un regalo, y termino de enamorarla. Y en eso estoy mientras les escribo esto.
Regalo, regalo, regalo. Tiene que ser original y buenísimo. Un caracol no. Un salamandra tampoco, pero casi... Sí! ya está! Pero les cuento mañana porque hoy estoy como, emmm, chau.